Yo soy defensor de la labor arbitral en todas sus ramas (árbitros, oficiales de mesa, delegados federativos) y reconozco que su tarea es muy complicada además de no estar del todo valorada por el público en general, incluso confieso que disfruto más del balonmano desde que tengo trato cercano con varios árbitros. Pero no es menos cierto que los incidentes ocurridos en el Cangas-Guadalajara y en el Zamora-Teucro hacen replantear el papel y la importancia de las distintas figuras arbitrales en un partido de balonmano. Porque está en juego el prestigio de nuestro deporte y de todos los participantes del mismo...
Pulsador de tiempo muerto usado en Europeos y Mundiales. Foto: EHF
Y es que, siendo sinceros, si los incidentes de ambos partidos se demuestran finalmente que son errores es un asunto muy grave. Porque estamos hablando de personas que realizan una labor pagada (la cantidad cobrada es otro tema que no viene al caso poner en valor aquí) y que con dichos errores influyen en el devenir de otras personas (jugadores y clubes) que también se juegan un sueldo (mayor o menor, aquí tampoco lo veo necesario valorar hoy). Por eso, desde mi punto de vista hay que fomentar y poner en valor que esta figura, la del oficial de mesa, vaya hacia una profesionalización al mismo nivel que el rango deportivo que esté en juego en los partidos que participen. Tanto para premiar lo positivo como para depurar lo negativo.
Otro aspecto, unido a esto último, es la depuración de errores en la búsqueda de encontrar un deporte más justo y que el balonmano tenga un mayor prestigio. Este tipo de incidentes en torno a mesas anotadoras durante partidos han pasado siempre (casos aislados, eso si) y, pese a las reclamaciones de los equipos afectados, nunca han traído un cambio o repetición del partido o hechos afectados a posteriori alegándose que no hay jurisprudencia previa para tomar una decisión de tal calibre. Quizás tenga que llegar un día (más pronto que tarde) donde se tome una decisión de este tipo que precisamente cree esa jurisprudencia necesaria, tal vez no se haga por miedo a los agravios comparativos de anteriores casos recientes que no tuvieron esa resolución pero considero necesario que se haga para que todos (jugadores, clubes y cuerpos arbitrales) sepan a lo que se atienen si vuelve a ocurrir casos como los dos citados hoy.
Mesa de anotadores de balonmano en los JJOO Londres 2012. Foto: COI
Porque errar es humano y como tal es lícito pero evitable en la medida de lo posible. Y en el caso de los oficiales de mesas, los posibles errores se evitan con trabajo previo y formación de las personas que realizan esa labor en los partidos. Cada Federación y cada institución toma las consideraciones y las medidas que cree necesario para fomentar esta labor, por suerte conozco casos de Territoriales donde se hace una labor muy formativa previa con las personas que van a ser oficiales de mesa de los partidos de balonmano. Curiosamente, en esas Territoriales donde se hace esa gran labor formativa no se recuerda ningún incidente grave o leve en torno a los oficiales de mesa desde hace mucho tiempo. ¿Casualidad?
En este espacio siempre he alegado por lograr entre todos los implicados en el mundo del balonmano un mejor deporte para el bien de todos, practicantes y aficionados. Siendo crítico pero desde el prisma constructivo y nunca destructivo (por mucho que alguno piense lo contrario). Y en esa búsqueda por mejorar el colectivo arbitral no solo es que sea necesario sino primordial para ello, contando por supuesto con esa figura del oficial de mesa a la que nunca se la atiende salvo que cometa un error como ahora. Esperemos que estos dos incidentes de las últimas semanas conlleve una mejora en los aspectos a pulir y un fomento de cuidar una figura poco conocida pero vital para nuestro balonmano. Que así sea...