El tiempo no se detiene
ni se compra ni se vende
no se coge ni se agarra
se le odia o se le quiere.
Al tiempo no se le habla
ni se escucha ni se calla
pasa y nunca se repite
ni se duerme y nunca engaña.
"Tiempo". Jarabe de Palo, 2001.
Porque ahora salta a la luz gran parte del iceberg (no al completo) que hace tiempo se intuía sobre la situación contractual de los distintos jugadores que han ido pasando por el Ademar en los últimos años, esto no es nuevo de la actual Junta Directiva pero en los cursos recientes se ha recrudecido este tema. Si bien es cierto que los problemas económicos del Club Balonmano Ademar León son sabidos desde hace más de una década y por diversos motivos que ya se analizaron en su debido momento, la actual Directiva no parece que haya logrado frenar dichos problemas ni regularizar la situación de sus jugadores sino más bien lo contrario. Y mientras tanto, alguno de ellos preocupado por qué se va diciendo sobre ellos más que en hacer una mejor labor por un club histórico.
Y es que el actual presidente del Ademar León, Cayetano Franco, y su Junta Directiva tienen oficialmente vetado al medio de comunicación al que pertenezco (PASIÓN BALONMANO) y concretamente a su responsable (Paula San Esteban) desde hace 5 años por el mero hecho de que Paula contara las situaciones irregulares contractuales que tenían ya por entonces los jugadores del Ademar y otras materias económicas de la entidad de dudosa claridad. El tiempo, al final, da y quita razones. Se quiso "castigar" a un medio por el mero hecho de informar de algo que ahora los propios afectados hacen público. ¿Vetará ahora Cayetano Franco el acceso al Palacio de Deportes de León en los partidos del Ademar a los denunciantes por hacerlo público? Por cierto, desde entonces PASIÓN BALONMANO solo ha podido estar presente en el Palacio cuando el partido era organizado por terceros (ASOBAL, RFEBM o EHF) pero en los partidos de liga regular seguimos sin poder entrar.
Un presidente que no sólo ha salido a reconocer que lo han hecho mal cuando se ha conocido la denuncia de los ex-jugadores, sino que se ha dedicado a atacarlos públicamente e intentar querer ponerlos como los malos de una película donde son precisamente las víctimas. Intentando tirar por los suelos el prestigio de unos jugadores que se han dejado todo por un escudo y una camiseta histórica de nuestro balonmano mientras otros se dedican a ir en plan hooligan a los partidos del club que presiden, si me dan a elegir entre una posición u otra sólo con esta última frase ya adivinaréis quién me merece más respeto. Y si le añadimos lo ya explicado aquí y todo lo que ya se sabe de estos últimos tiempos más todavía si cabe.
Esta situación, aunque ahora salte a la primera plana informativa de nuestro deporte incluso a nivel nacional, no es nueva y ya era conocida por la ciudad de León. Toda persona que tuviera alguna relación directa o indirecta con los implicados ya sabía que estas cosas estaban pasando en el club con mayor o menor detalle, incluidos los periodistas que siguen la actualidad del Ademar. No voy a entrar aquí a criticar a compañeros por no querer hacer pública enérgicamente esta situación, allá cada uno con su forma de entender la profesión. Pero sí que me chirría (por ser fino) que incluso haya algún informador que ha hecho el amago de defender la postura del señor Franco y de la directiva en vez de, al menos, contraponer ambas posturas y que la gente valorara. No quiero pensar que tenga que ver con que cierto medio viaje con el club a la hora de cubrir los partidos del equipo lejos de León, no creo...
Cinco de los jugadores que han demandado al Ademar. Foto Mauricio Peña/La Nueva Crónica
Sin ser seguidor del Ademar o haber vivido el día a día del club leonés, me duele ver cómo jugadores que han sido santo y seña de una entidad histórica como la ademarista tengan que salir del equipo por la puerta de atrás sólo porque los que rigen ese club no quieran regularizar su situación y cuando hay que finalizar el contrato se haga con malas artes. Nuestro balonmano español actual no tiene precisamente exceso de jugadores que sean mitos de clubes históricos, por falta de estos últimos y por situaciones raras como la hoy tratada aquí. Seguro que más de uno de los denunciantes les hubiera gustado seguir haciendo una larga carrera bajo un escudo histórico como el de Ademar y no salir en busca de mejores condiciones laborales, pero con ese presidente al cargo del club no podían tomar otro camino.
Volvemos a ser noticia, nuestro querido balonmano español, más por desgracias económicas que por alegrías en cuanto a mejora de clubes o competiciones nacionales. Y es que estas prácticas de contratos en B y de impagos a jugadores siguen estando en el día a día de nuestro deporte. Muchos de estos casos no son conocidos con foco en ellos porque los propios afectados (clubes y jugadores) prefieren mirar para otro lado por "interés" en no meterse en más problemas, cuando precisamente eso genera a la larga más problemas para todos. Y lo más importante, hace que la imagen del balonmano no pueda crecer más porque seguimos cayendo en errores del pasado. No aprendemos...